ENTORNO ECONÓMICO INTERNACIONAL PREVISTO PARA 2024 Y 2025
En 2023, la actividad económica global mostró un mejor desempeño del que se esperaba al comenzar el año. Destacó Estados Unidos con un crecimiento por arriba de lo anticipado debido a la fortaleza del consumo privado y del empleo. En la zona del euro, el efecto rezagado de los altos precios de energéticos redujo el dinamismo de la economía, mientras que, en China, si bien los apoyos fiscales contribuyeron a impulsar el crecimiento, esto se vio contrarrestado por la debilidad de su sector inmobiliario.
La inflación continuó con una trayectoria descendente, aunque permaneció por encima de los objetivos de la mayoría de los bancos centrales, en un contexto en que los choques de oferta acumulados desde la pandemia y la guerra en Ucrania comenzaron a disiparse gradualmente.
En el mercado de materias primas se presentaron episodios de volatilidad asociados a choques geopolíticos y condiciones climáticas adversas. Tal fue el caso más reciente en el Mar Rojo en donde desde noviembre de 2023, se observaron aumentos en los costos de transporte y las cotizaciones de petróleo crudo. Por su parte, las altas temperaturas asociadas al fenómeno El Niño afectaron la producción de granos básicos y afectaron rutas comerciales importantes como el Canal de Panamá.
En el cuarto trimestre del año, el optimismo generado por el desempeño de la economía estadounidense y los datos favorables de inflación permitieron reducir la probabilidad que los participantes del mercado asignaban al escenario de recesión en Estados Unidos y a reforzar el mensaje del fin del ciclo monetario restrictivo.